13/7/09

Análisis documental de la fotografía histórica

LA FOTOGRAFIA COMO OBJETO DE ANALISIS DOCUMENTAL

(Basado en Del Valle Gastaminza)

Cada fotografía es una unidad documental

Tiene una serie de atributos que permiten una primera identificación:

ATRIBUTOS BIOGRAFICOS

Relacionados con el autor y sus circunstancias

Origen, bautizo, publicaciones previas, derechos de autor, presentación en exposiciones.

ATRIBUTOS TEMÁTICOS

Es el tema o argumento de que trata

Significado y representación

Elementos objetivos y subjetivos

Tiempo y lugar concreto


ATRIBUTOS RELACIONALES

Pertenencia a un conjunto

Relación con un relato, una noticia de prensa


METODOLOGIA DE ANALISIS DOCUMENTAL

Se estructura en dos niveles:

Análisis morfológico (aspectos técnicos y compositivos)

Análisis de contenido (afecta lo fotografiado y posibles significados)


ANALISIS MORFOLÓGICO:

Técnica, tipo de objetivo, blanco y negro o color, soporte, formato, tiempo de exposición,

ANALISIS DE CONTENIDO

Identificación de objetos
Identificación de temas y conceptos
Identificación de ideologías, valores, creencias

ASPECTOS PRESENTES EN ANÁLISIS FOTOGRÁFICO:

Denotación
Connotación
Contexto

DENOTACIÓN

Surge de una lectura descriptiva de la imagen y señala con claridad lo que realmente aparece en la fotografía.

Para el proceso de denotación podemos formular los siguientes interrogantes:

Quién aparece? (nombre, edad, sexo, profesión, función)
Qué situación u objetos aparecen?
Dónde se ha hecho?
Cuándo?
Cómo? (describir acciones)

CONNOTACIÓN

Lo que no aparece como forma referencial pero que la foto sugiere y hace pensar al lector:

Aspectos religiosos
Aspectos míticos
Psicoanálisis
Inconsciente
Ideología

Partes Objetivas: gestos, actitudes, símbolos, colores (cambian según la cultura)

Partes subjetivas: las sugiere el intérprete de la foto (sirve para varias lecturas)

Se sugiere no tener miedo y dejar correr la imaginación. De cualquier manera las palabras claves servirán de diverso modo a quienes después consulten la fotografía.


CONTEXTO:

En especial para la fotografía de prensa y la fotografía de carácter histórico y documental: tipo de acontecimiento.


ELEMENTOS SECUNDARIOS:

• Contenido accidental (objetos, actividades)
• Elementos intangibles (relaciones espaciales entre personas y objetos)
• Convenciones fotográficas (organización de un equipo, un grupo de reinas, una familia)
• Convenciones de perspectiva (gestos, posturas, expresiones faciales)

Esquemas de lectura

Introducing La Reina del carnaval: Public Celebration and Postrevolucionary Discourse in Veracruz, México. Andrew Grant Wood (referencia en programa de seminario)
Elaboración del esquema: Juan Manuel Vergara Muñoz
























Fotografía e Historia, Interfases. Ana Maria Mauad (referencia en programa de seminario)
Elaboración del esquema: Angel Olvera Velázquez












3/7/09

Imágenes históricas carnavalescas

Ensayos bibliográficos. Alumnos Seminario Historia I: Historia Cultural desde la Imagen. UAM-I, 09-I

Julio Caro Baroja, El carnaval (análisis histórico cultural). Madrid, Alianza, 2006.

Por: Juan Manuel Vergara Muñoz



El trabajo realizado por Julio Caro Baroja está dirigido al análisis cultural, social y etimológico de las fiestas del carnaval en la Península Ibérica.
Está enfocado a elaborar una crítica hacia aquellos estudios -entre ellos: antropológicos, etnológicos, folcloristas, lingüísticos, etc.- que retoman ideas de los clásicos, o que creen que el carnaval simplemente tiene orígenes paganos o cristianos; ya que ambos elementos fueron interactuando a lo largo del tiempo para formar lentamente lo que es -o fue, como Caro Baroja considera- el Carnaval.
Se pueden distinguir en su trabajo de crítica tres elementos básicos en los cuales apoya su argumentación: 1) la naturaleza, especialmente enfocada al tiempo, ya que ubica al carnaval dentro de algún momento de la organización de este elemento. Este a su vez será generador de sentimientos, emociones o pasiones, por ejemplo, las festividades del tiempo de cosechas o referentes a la fertilidad.
2) El hombre, puesto que aquél será considerado como el que organiza el tiempo, lo definirá para explicar o controlar su vida, a través de esto el hombre percibirá sentimientos o pasiones y experimentará diversas situaciones a lo largo de su existencia. Posteriormente, Caro Baroja considera que aquel bagaje desarrollado será transmitido o expresado de alguna forma. 3) Finalmente, la sociedad, será la encargada de mantener, tolerar (coexistencia) o rechazar (contradicción) los pensamientos, creencias, ideas, etc.; ya sea de individuos o grupos que componen a la sociedad.
En cuanto a su crítica, destacan los siguientes puntos como eje de su obra: la crítica hacia el uso del pensamiento clásico para definir conceptos y elaborar explicaciones; la falta de observación hacia las contradicciones y coexistencias en una sociedad, pues esta dinámica está presente en el desarrollo de los carnavales; el planteamiento de interpretaciones mediante la abstracción y a la idea de las supervivencias que es muy trabajada por los antropólogos, etnólogos, folcloristas, etc.
Ya en la parte final –el segundo capítulo, que es el que me corresponde analizar- Caro Baroja se enfoca a tratar de precisar, en la medida de lo posible, el origen de la palabra carnaval.
En primer lugar, la crítica hacia las definiciones clásicas del tiempo está argumentada mediante el rechazo a la idea de que el tiempo es aquél que está definido de acuerdo al funcionamiento del mundo y en torno al curso del sol y la luna ; pues Caro Baroja piensa que el tiempo es más que aquellas definiciones que sólo explican o controlan el funcionamiento de la vida de los seres humanos.
Para validar esta explicación se apoya en la concepción de los pueblos de Oriente antiguo acerca del tiempo; ya que la canaliza hacia la explicación de que el carnaval es un producto de las características cualitativas y concretas del tiempo porque se fijan etapas que ocasionan un sentimiento en el ser humano y este las expresa en sus ceremonias realizadas en algún momento específico del año.
Además, partiendo de las características del tiempo, el hombre lo considera como una parte de su historia y devenir y mediante esto procura ajustarla a través de ritos: “Muerte y vida, alegría y tristeza, desolación y esplendor, frío y calor, todo queda dentro de este tiempo cargado de cualidades y hechos concretos.”
Respecto de la abstracción, hay una indicación importante dirigida especialmente a los folcloristas, ya que trata de mostrarles que más que la abstracción de procesos sociales, es importante observar el campo de estudio con un panorama mucho más amplio, por ejemplo, confrontando los elementos de análisis abstraídos con alguna información empírica, o de ser posible, vivir y entender de ello el suceso. Es necesario además observar los fenómenos como un proceso social para comprenderlo y así explicar más adecuadamente el carnaval.
A través de la aplicación de esta propuesta, el autor logra desprender algunos elementos importantes de análisis para el carnaval: emociones, pasiones, ideas e incluso necesidades psicológicas o deseos inherentes en el individuo y la colectividad, así como las formas en que la sociedad mantiene las viejas costumbres y adapta las nuevas para crear diferentes contextos.
Muy posiblemente, de la crítica que Caro Baroja hace a la abstracción aplicada a los estudios sobre el carnaval también se desprenda que la idea de las supervivencias –muy comúnmente promovida por arqueólogos, folcloristas, etnólogos e incluso historiadores de la religión- sirva para argumentar que el carnaval es el reflejo de un proceso social donde interactúa la coexistencia y la contradicción y por tanto, corta con la idea de las supervivencias declarando que lo que está con ese nombre pueden ser más bien fusiones, sincretismos, cambios u otra cosa producto de la difusión y la receptividad que caracteriza al individuo y a la sociedad. El carnaval, en conclusión –aunque muerto- , puede reflejar muchos intereses que se llegan a sintetizar formando un fondo único y común.
Por tanto, si el carnaval es el resultado de diversos procesos de síntesis cultural a través de procesos históricos-sociales, entonces: “…considerar al Carnaval como fiesta de ‘origen’ pagano es un tópico que repite la gente no letrada y a la vez es base de la que parten varios folkloristas y etnólogos.” Por lo tanto, Baroja da a entender que el carnaval no es de origen simplemente pagano, sino que hay más elementos sociales –no dice dónde; pero él cree que los hay-.
A partir de esta creencia, Caro Baroja comienza con un análisis lingüístico sobre el origen del carnaval. Comienza primero por la muy aceptada en el siglo XIX del currus navalis donde “…sería en un principio la fiesta del barco de Isis [diosa de la maternidad o fuerza fecundadora de la naturaleza.] paseando en pompa en el mes de marzo [da la casualidad de que es la entrada de la primavera y donde comienza la naturaleza a reponerse del invierno.].”
Posteriormente encuentra que dentro del italiano también hay otro posible origen: carr-navale, carnilivari, carnevale, carleve, carnelevale, carnale, carnelvale etc. Tal vez la palabra carnevale pasó a la península Ibérica.
A su vez, la palabra carnaval –española- está relacionada con las formas latinas de carnetollendas, antruejo, carnestoltes, carnestultas, carnes tolliendas. etc. (ss. XV-XVI).
De todos estos términos, parece que Caro Baroja no pudo precisar muy bien de dónde podía proceder la palabra carnaval; mucho menos corroborar que no tenía un origen pagano, pues, como se podrá apreciar, los meses de enero a marzo se le relacionan con la entrada de la primavera, el inicio de otro año y el comienzo del ciclo agrícola. Estas fiestas se fueron ligando con las creencias cristianas de la Cuaresma. Incluso llega a haber una contradicción: “En la época del carnaval, salían en los siglos XIV y XV muchos carros navales, es decir, carrozas que representaban barcos. Prueba del espíritu pagano censurado en Italia a través de los siglos.”
Como conclusión cabría decir que la obra de Julio Caro Baroja fue escrita en un ambiente donde los estudios del carnaval eran poco estudiados o quizá –por lo que deja ver el autor- faltaba enriquecerse de nuevas perspectivas y metodologías. Por lo que el resultado de su trabajo es interesante ya que permite mostrar la variedad de elementos culturales que deja ver el carnaval.
Por otra parte, creo que más que llegar a precisar los orígenes de la palabra carnaval, enriquece con nuevas palabras a analizar, muchos elementos culturales nuevos que denotan que esta fiesta es compleja sobre la que debe hacerse una reflexión cuidadosa.


Roger Chartier,
- Sociedad y escritura en la edad moderna. La cultura como apropiación, México, Instituto de investigaciones Dr. José María Luis Mora, 1999.
• “Disciplina e invención: la fiesta” (pp. 19-36)

Por: Nahui Ollin Vázquez Mendoza


“A través de la fiesta, bajo la máscara y la gracia del lenguaje paródico, las distancias y las tensiones se pueden expresar y por consiguiente, según el caso, desactivarse o exacerbarse.” (Roger Chartier, 1999)


La fiesta como unidad de análisis, dentro de la historiografía contemporánea, presenta una serie de problemáticas. Con el paso de los años se han realizado una serie trabajos bajo un enfoque más encaminado hacia la antropología o la lingüística, pero pocos en el sentido estricto de la disciplina histórica. Esto principalmente debido a que se busca explicar en lo vivo el significado social de la fiesta, del lado de la antropología, y por el lado de la lingüística el tratar de esclarecer el significado de la palabra, asociada al carnaval; con ello identificar el valor social de la palabra en una determinada sociedad pretérita. Al tratar de abordar la fiesta desde una perspectiva histórica se enfrenta a la falta de fuentes que den cuenta de su significado social en un periodo determinado; así como la forma en que se representa en la práctica, lo que implica un estudio multidisciplinario por parte de la Historia. Siendo la Historia Cultural la respuesta a esta problemática, la cual retomando lo realizado por la antropología y la lingüística o como en el caso de este capítulo lo que se retoma de la sociología y la etnología, tratará de buscar metodologías que intenten dilucidar la problemática que gira entorno de la fiesta.
En este capítulo, inserto en una de las preocupaciones actuales de la historia [socio]cultural, Roger Chartier nos presenta a la fiesta como un elemento de representación social, y por ende digno de análisis, en la cual están amalgamados los elementos culturales, simbólicos y políticos además de los étnicos, religiosos y económicos. Esta interpretación nos permitirá contrastar una sociedad determinada, en su contexto histórico para poder identificar, analizar y explicar las divisiones culturales, tratando con ello de evitar las generalizaciones . Esto nos lleva a explicar lo que el autor entiende por cultura y en especial por cultura popular. En el primer caso difiere de lo que comúnmente era aceptado por la historiografía francesa, “que designa como cultura un dominio particular de producciones y prácticas, supuestamente distinto de otros niveles: el de lo económico o el de lo social.” (p. 14) Por lo tanto Chartier decide problematizar más; para intentar identificar las intersecciones y tensiones que constituyen cada una de esas formas e intentar con ello centrar “la atención sobre prácticas particulares, objetos específicos, usos determinados.” (p. 15) Los que estarán basados en un sistema de representaciones y en los actos que con ello se genera. Entonces, “Describir una cultura sería comprender la totalidad de las relaciones que se encuentran tejidas en ella, el conjunto de prácticas que expresan en ella las representaciones del mundo, de lo social o de lo sagrado.” (p. 14) Lo que en última instancia permitirá entender lo que es la cultura popular.
De esta forma Chartier se centra en la sociedad de antiguo régimen francés entre los siglos XV y XVIII, la cual creó distinciones y tensiones, oposiciones y comportamientos propios de su época; siendo una de ellas: la fiesta. Revitalizado el acontecimiento histórico el autor busca emplear modelos de comprensión los cuales intentan dar cuenta mediante el estudio de larga duración que con sus cambios y permanencias nos permitirá “(…) revelar, no solo las evoluciones a largo plazo de las inercias sociales y culturales, sino también las estructuras que constituyen una sociedad o una mentalidad colectiva.”(p. 19) Así la fiesta pasa a tomar un papel distinto, o más completo en el estudio histórico, traspasando el aspecto pintoresco y lo anecdótico; convirtiéndose “en gran reveladora de las compartimentaciones, tensiones y representaciones que atraviesan una sociedad.” (p. 20) Sin importar que se presenten enmascaradas o invertidas, la festividad, permitirán observar las reglas del funcionamiento social; donde la fiesta es una mezcla en la que se procura conciliar a los contrarios. Puesto que la ambigüedad en el término de fiesta representa oposiciones, tales como popular/oficial, rural/urbano, religiosa/laica, participación/espectáculo, etc., dan cuenta de ello; por lo que el autor delimita el concepto a “todas las manifestaciones que se toman por tales en la sociedad antigua, aunque haya elementos de lo festivo fuera de las fiestas.” (p. 21)
Chartier nos dice: “La fiesta es en efecto uno de los momentos principales en que se anudan, bajo la forma del compromiso o del conflicto, las relaciones entre una cultura llamada popular, o folclórica, y las culturas dominantes. La fiesta no es el único encuentro de ese tipo, pero sí es ejemplar.” (p. 20) Por ello la fiesta, es un espacio de sociabilidad en donde se imbrican dos dinámicas culturales que desde la Edad Media hasta la Revolución han tenido una serie de desviaciones que la han modificado:
1. Lo popular: representando la invención y la expresión de la cultura tradicional compartida por la mayoría, en la que:
a) “La fiesta es una de las formas sociales en que se pueden observar tanto la resistencia popular a las conminaciones normativas como la forma en que los modelos culturales dominantes afectan los comportamientos de la mayoría.” (p. 21)
b) La censura más antigua, dentro de este contexto, es la eclesiástica. Esa intromisión en la tradición que desemboca hasta la interdicción tiene como resultado la “rebeldía campesina frente a las presiones de los poderes y las convergencias que se establecen entre la voluntad cristianizadora de los clérigos y el proyecto de [vida en] policía de las costumbres que defienden los magistrados.”(p. 22) Por ejemplo, en la fiesta de Los Locos donde la inversión de la jerarquía eclesiástica era característico de esta festividad, lo que representó una fuerte condena del poder clerical, que a la larga triunfó con la desaparición de esta fiesta para finales del siglo XVI. (p. 24)
c) La apropiación de la fiesta popular, mutando a una fiesta urbana, “se convierte así en instrumento político que permite la afirmación de la ciudad ante el príncipe, la nobleza o las demás ciudades.” (p. 27) mediante el derroche.
d) La fiesta urbana tomo por ello otra connotación al ser oficializada, y quizá con el tiempo se vuelva más profana. Tal es el caso, por ejemplo, las fiestas de la Revolución que veremos más adelante.

2. Y, por otro lado, la cultura dominante: reflejada en la voluntad disciplinante y el proyecto pedagógico reflejado en ese acto, tanto por el poder civil como por el eclesiástico, en la que:

a) “(…), la fiesta ‘popular’ fue concebida muy pronto por las culturas dominadoras como un obstáculo importante para la afirmación de su hegemonía religiosa, ética o política. En consecuencia, ha sido el blanco de continuos esfuerzos por destruirla, podarla, disciplinarla o recuperarla.” (p. 20)
b) Para la Iglesia se persiguen un doble control de lo popular, dentro y fuera de la fiesta: 1) controlar el tiempo y 2) el control del los cuerpos. De no hacer esto la fiesta, “para los moralistas cristianos es la anticivilidad.” (p. 23) En el primer caso el tiempo debe estar consagrado a Dios por lo cual se busca controlar el día y la noche. Y en el segundo caso es controlar las danzas que distorsionan y las deforman el cuerpo incitando al pecado. Teniendo con ello el poder de erradicar festividades populares.
c) Aunado al poder clerical, se suma el poder de las autoridades municipales que adquiere fuerza sobre todo en las fiestas urbanas. Esto mediante el poder económico, ya que hacia 1400 y 1600 toman fuerza del financiamiento público. Imponiendo con ello los programas de las festividades, restando poder al clero.
d) “Esta intervención municipal obedece a una finalidad clara: expresar en el lenguaje de la fiesta una ideología, a la vez citadina y laica.” (p. 26) teniendo como fin la integración de una identidad urbana mediante la búsqueda de una historia prestigiosa –dentro de una sociedad jerarquizada-. Donde “De una situación a otra, la iniciativa popular se ha perdido y la fiesta se ha uniformizado.” (p. 29)
e) “Se ve en esto cómo una ideología política pudo modificar, sobredeterminar o transformar rituales antiguos para subvertir su significado.” (p. 27) a favor de su ideología unificadora. En cuyo caso, presenta también, la posibilidad de encontrar dos estrategias sociopolíticas que se enfrentaran abierta o veladamente para transformar la fiesta, según sus programas e instituciones, tal es caso en Romans (plebeyos vs notables). (Vid. pp. 33-34)

Esto representó en la fiesta una conformación de elementos propios y significativos dentro de la sociedad donde los modelos culturales dominantes afectaron el comportamiento de la mayoría. La búsqueda del disciplinamiento de la fiesta por los detentores del poder dio como resultado la invención de elementos festivos con las permanencias endémicas al lugar. Por tanto tenemos que “Los comportamientos festivos, en efecto, varían hasta el infinito, no se fundan en una autoridad eclesiástica, se arraigan en existencias comunitarias particulares.” (p. 23) que se adaptan a las imposiciones establecidas por la autoridad. Por ejemplo, en Lyon desaparece la participación o iniciativa populares; en la que un triple transformación se observa: a) borrándose las organizaciones populares que tenían por objetivo conducir la fiesta (abadías o cofradías), b) desaparecen las fiestas de la totalidad urbana donde la participación citadina era casi completa y c) la fiesta se otorga como una dádiva, sujetada a un mero espectáculo, y es así que se convierte en regla que buscó uniformizar a la comunidad. Tenemos que al quitar la esencia popular de la fiesta e imponer el programa “oficial”, esta se convirtió en una idealización elitista de pueblo guía. En consecuencia la nueva fiesta “oficial” buscó legitimar y poner en práctica un funcionamiento social nuevo, pues está será una fiesta regenerada o instaurada que romperá la evolución de la festividad. Reflejo de esto último serán las fiestas de la Revolución, donde: “La nueva fiesta deberá ser radicalmente distinta, patriótica, transparente y unánime.” (p. 30).
La etnología, por otro lado, ha tenido aportes al estudio de las festividades. Más allá de centrar su análisis en el valor simbólico de la fiesta mediante el carnaval o en buscar marcos generales de explicación que actúan en la festividad. Para Chartier la etnología, basada en un trabajo de fuentes históricas y fiestas hoy vivas, debe buscar centrar su estudio en las diferencias regionales y locales que dan cuenta de las formas y del significado de las prácticas carnavalescas dentro de sistemas culturales diversos. Esto último, bajo la festividad expresada en el carnaval y su efectividad ritual (redistribución alimentaria, juego de mascaras, justicia festiva, etc.), dentro o fuera del calendario carnavalesco.
Cosa distinta pasa con los historiadores que se dedican al estudio de la festividad –principalmente carnavalesca- en su carácter tradicional y las interdicciones del poder público o eclesiástico y su transformación a fiesta revolucionaria. En donde: “Con sus rituales, sus gestos, sus objetos, la fiesta es una gramática simbólica que permite enunciar, dándolo a entender o haciéndolo ver, un proyecto político.” (p. 32) que en ocasiones no solo una estrategia sociopolítica es la que se verá reflejada en las fiestas, sino dos. Lo cual, para Chartier, al seguir estas transformaciones la fiesta va evolucionando y complicándose su estudio.
Cosa distinta pasa al instaurarse la fiesta revolucionaria, la cual corta la evolución festiva del carnaval y por ende “(…), la fiesta de la revolución solo podía ser política y partidaria, reducida a la especificidad circunstancial de su esqueleto ideológico.” (p. 34) con lo que se oficializa el tiempo de la fiesta, por ejemplo, a una al año. Rarificada, de tal forma, la fiesta hace difusa la separación de la fiesta popular y la fiesta oficial, ya que se tiene, en muchas ocasiones, los mismos materiales festivos dentro de la fiesta revolucionaria. De esta forma, la fiesta tradicional es reformada, por no decir transformada o destruida, por la fiesta revolucionaria la cual rompe con la evolución y la complejidad de las fiestas carnavalescas e impone un proyecto pedagógico coherente a su ideología. En donde, en primer lugar, la fiesta revolucionaria pone el acento en su carácter fundador y en segundo lugar, “La fiesta revolucionaria es en efecto creativa, no porque sea capaz de sobrevivirle, sino porque es uno de los instrumentos principales de la sacralización de valores nuevos.” (p. 35) que serán aceptados por las sociedades en la que entre en contacto no por sus valores impuestos, sino por el valor intrínseco que refleja ante la sociedad necesarios para su desarrollo, por ejemplo, la familia, la patria y la humanidad. (Vid., p. 35-36).
A manera de conclusión, podemos ver que la fiesta en su carácter carnavalesco o fuera de él, presenta durante cuatro siglos de la historia francesa, elementos que permiten observar la complejidad festiva. Por un lado, al ser popular es atacada por las élites por ser considerada enemiga del orden, pero a la vez es un punto de tradición que legitima al pueblo o ciudad. Pero más allá de esto tratando, en la medida de lo posible, de aplicar lo realizado en este estudio por Chartier, será analizar la fiesta, descomponiendo sus factores (cultura popular-cultura oficial o dominante) y de lo que ello emana sea bajo el conflicto o el compromiso, más allá de inventarios de motivos festivos. A demás de sumar al análisis las particularidades, regionales o locales, de cada sociedad en las que se representa las formas y los significados de las prácticas carnavalescas.

Los simbolismos de la fiesta en el carnaval.

Por: Jorge Ulises Martínez Valencia.

La identidad de un pueblo es el desarrollo de un sentido de pertenencia por algo o alguien característico de la región. En el caso de las fiestas populares son un medio para que se desarrolle un sentido de apego a la comunidad, “la identidad es la expresión cultural de la pertenencia a un espacio por parte de personas, individuos y colectividades”.
Las fiestas en el antiguo régimen como eventos extraordinarios de la comunidad (capaz de unir a todos los que la componen: cofradías, sociedades, barrios, parroquias, jóvenes, ancianos, hombres, mujeres, etc. todos como igual), fueron un elemento muy importante de orgullo y sentimiento de pertenencia. Los pobladores buscaban en la fiesta una justificación para actividades y comportamientos que generalmente no llevarían a cabo y que reflejan el más profundo sentir de la comunidad.
“Las numerosas fiestas civiles y religiosas eran acontecimientos privilegiados a los que todos los capitalinos concurrían, al intervenir cada grupo étnico y cada sector social en celebraciones que eran también espectáculos en lo que las influencias e intercambios se dirigían ante todo a la vista y al oído.”
La identidad comunitaria que refleja la fiesta hace participes a los que no son por asociación, parte de la misma; como puede ser un observante extranjero que al ver la fiesta no puede comprender el profundo significado que posee para los pobladores, pero que siente la necesidad de ser partícipe de ésta, por lo cual se vuelve un participante superfluo que no obstante tiene la capacidad de reforzar el festejo.
La fiesta popular comunal, es por excelencia el ejemplo más claro del sincretismo, ya que muchas (si no es que todas) de estas fiestas, fueron intencionalmente creadas para facilitar la fusión de lo cristiano y lo pagano, de lo moderno y lo tradicional, de lo urbano y lo rural, de lo oral y lo audiovisual, de las culturas regionales con las culturas mundiales; con la finalidad de permitir una mejor y más rico intercambio entre todos los que componen la población.
El carnaval en el antiguo régimen era una de las fiestas más importantes del año, ya que los elementos y comportamientos que lo integraban eran totalmente extraordinarios y solo eran permitidos en aquella temporada, un momento del año en que la población que padecía ciertas restricciones podía desinhibirse y salir de la vida cotidiana y actuar como si no conociera el mañana.
El simbolismo del carnaval para la historia cultural es demasiado extenso y tratar de conocer su significado parece ser una tarea difícil debido a las múltiples interpretaciones que se generan según el lugar, el contexto histórico, entre otros; así como la capacidad de resguardar la trascendencia del simbolismo original de la fiesta (ya que la misma población generalmente no tenía el interés de plasmar sus vivencias).
El carnaval representaba un tiempo de liberación donde la intención del individuo era el simple festejo; la cuestión es saber que ritos hicieron del carnaval una fiesta única, que significados tenían las actividades en el carnaval, entre otras preguntas.
Peter Burke engloba al carnaval en tres temas: comida, sexo y violencia. Tales temas en un primer acercamiento son encasillados en el campo de los instintos que tenemos los humanos, esa parte primitiva que muchas veces (excepto por el instinto del hambre) queremos reprimir, por motivos personales o sociales, de manera voluntaria o involuntaria. Instintos por los cuales los humanos somos capaces de cometer actos extremos que nos llevarían a la decadencia, y que gracias a las fiestas, en este caso el carnaval son “saciados” de una manera “segura” dentro de los parámetros que el carnaval establece.
El carnaval es una fiesta enriquecida por una gran diversidad de elementos, en ella se expresan diferentes ritos, realizando una gran escenificación pública, Burke las divide en dos: los rasgos informales (bailes, canciones e instrumentos propios de la celebración, disfraces populares, animales, etc.) donde se pueden identificar por la poca organización que existe y la participación toda la población, se podría considerar la esencia de la festividad popular; en otro lado están los rasgos más formales ( procesión de carrozas, competencias deportivas, representaciones teatrales, etc.) donde la organización es controlada por clubes o fraternidades, aunque hay improvisación siempre se está coordinada, es una de las manifestaciones donde se presenta el carácter de la fiesta desde un sentido de competencia social y de fuerza de identidad. Cabe recordar que aunque se puedan enlistar los rasgos básicos del carnaval, el sentido del festejo no pone límites rígidos entre lo informal y lo formal y el gran escenario de la ciudad convive bajo estos elementos mezclados.
Los elementos disfrazados asumen un carácter simbólico muy fuerte en el carnaval, las mascaras son primordiales, sirven como un elemento seguridad (donde se oculta simbólicamente el individuo como tal y surge el personaje), el misterio de conocer quien esta atrás de la máscara es una constante que permitía a la población el participar en actividades que en una forma descubierta no hubieran podido realizar. Las mascaras eran empleadas tanto por clases populares como por la aristocracia; un ejemplo de ello eran las mujeres que en los carnavales de Venecia recurrían a la máscara para poder acercarse a los jóvenes.
“El tiempo de Carnaval está cargado de intenciones no solamente sociales, sino también psicológicas. El hecho fundamental de poder enmascarase le ha permitido al ser humano, hombre o mujer, cambiar de sexo. Inversiones de todas clases, “introyecciones”, proyecciones y otros hechos turbios, de los que nos hablan hoy los psicólogos y psicoanalistas…”
La figura del demonio, parte primordial del sequito del carnaval y muy recurrente en esta fecha, es tomada como ejemplo de excesos y desenfreno, representaba la figura de todo lo prohibido y fuera de las reglas. El bufón como el tonto, representando dos lados de la necedad; por un lado la necedad con razón que lo lleva a ser quien en algunos carnavales guía las festividades y la necedad sin motivo que lo lleva a ser blanco de los peores tratos por sus comportamientos. La figura de "Don Carnaval" tan importante en representación, engloba todo lo que significa el festejo: “hombre gordo, rubicundo, alegre, rodeado de comestibles, sentado en un barril o un caldero de macarrones, sexy, guapo, joven, vestido de gallinas o conejos“, una especie de Gargantúa. “Suspendidas las reglas de la cultura, los ejemplos a seguir eran los hombres salvajes, el bufón y “Carnaval”, quien representaba a la naturaleza o –dicho en términos freudianos- al subconsciente.”
Uno de los caracteres simbólicos más importantes, tanto por la sátira con la que se realiza, como por el simbolismo que lleva en sí, es la utilización de figuras que representen personajes importantes de la época, ya sea al principio del carnaval, donde se quema el mal humor, y al final donde muere y es sepultado Don Carnal, cada uno de estos eventos tiene una intencionalidad y de eso se aprovechó la población para de alguna forma matar a personajes impopulares tanto figuras de la literatura (principalmente Judas), como “personas de actualidad” (el Papa, Guy Fawkes, el cardenal Mazarino, etc.).
En fin la cantidad para demostrar el carácter simbólico del carnaval es muy grande, y existe la posibilidad de caer en errores o en supuestos que solo tendrían significados solo para el que interpreta y no para lo que fue hecho realmente.

24/6/09

El Carnaval descrito en diversas Fuentes Históricas





NOTICIAS DE LAS CARNESTOLENDAS ESPAÑOLAS DEL SIGLO XVII Y ALGUNOS JUEGOS CARNAVALESCOS

Castro, Adolfo de, El conde-duque de Olivares y Felipe IV. Cádiz: Imprenta, librería y litografía de la revista médica, 1846. Tomado de la edición electrónica de la Colección Clásicos Tavera, 14. Bernardo José García García (comp.), Obras Clásicas sobre los Austrias. Siglo XVII. DIGIBIS, Serie III, vol.8. Historia de España. ISBN: 84-89763-32-1.

Selección y transcripción del texto: Natalia Silva Prada

[p.18] En las costumbres de aquella edad [se refiere al siglo de oro] se conservaban vestigios de la dominación romana y arábiga en España. Los regocijos populares que se hacían en Carnestolendas, tuvieron origen en las fiestas que en honor de Baco la ciudad por excelencia celebraba. Llamáronse en España Carnestolendas, y desde el pasado siglo XVIII Carnaval, si bien en el XVII usó por primera vez esta voz en escritos españoles el muy famoso e ingeniosísimo poeta cordobés don Luis de Góngora.
Costumbre fue en las mujeres españolas del siglo XVI echar en las tardes de carnestolendas desde sus rejas o balcones salvado a los que pasaban por sus calles, o afrecho, como se llamaba y aun llama en Andalucía. En Cádiz y otros lugares usaban para este regocijo, en vez de salvado o afrecho, blancas y olorosas flores de retamas.
En el siglo XVII vaciaban calderos, llenos de agua, sobre los que pasaban por sus calles. Caballeretes mozos les arrojaban en cambio bombas de agua olorosa, hechas de cáscaras de huevos, en tanto que otros andaban en cuadrillas de calle en calle, encubiertos con disfraces varios, a hacer lo que llamaban mojiganga.
[p.19] Asistían en tales noches a saraos damas y galanes, cubiertos los rostros con mascarillas. Ellos, antes de entrar en la sala del festín, elegían un color y danzaban dos vueltas con aquella que tuviese un lazo del color elegido. Luego entraban todos con el son de música mano a mano a danzar en el festín. En los tres días de Carnestolendas veíanse forzados los galanes a festejar, según se decía en el siglo XVI a las damas que tenían el lazo del color elegido, o a galantearlas según se decía en el XVII.
Muchos juegos y regocijos hacia en tales noches la gente baja. Don Francisco Santos en su obra titulada La tarasca de parto en el mesón del infierno, cuenta entre otros los siguientes:
“I. Hay una rueda de hombres y mujeres. Convienen los más en dar chasco a uno. Eligen un juez, y senténcianle en que tome un caldero lleno de agua, y metida el asa por la cabeza, le echen una camuesa dentro de agua, y la saque con la boca. Pónese en postura para hacerlo, puesta el asa del caldero al pescuezo. Al tiempo de ejecutar la tarascada, los que están en el aviso, le pican por detrás, clavándole un alfiler; y sin reparar en el bozal que tiene puesto, quiere volver con tanto brío que se echa a cuestas el caldero de agua.
II. Júntanse en otra parte diversas personas, y ordenan el juego del tribunal. Nombran ministros altos y bajos. Siéntanse a un lado los abogados: el relator en su puesto. Van viniendo los nombrados por presos delante de la silla del Presidente, puesto un pedazo de manta o estera. Al que quieren burlar (que siempre eligen al más inocente) estando haciendo relación de su causa, tiran de la alfombra, y dan con él de costillas”.
Una de las burlas más crueles que se hacían en las Carnestolendas, y aun en otras ocasiones eran los manteamientos, así a perros como a hombres. Cervantes la describe en el capítulo XVII de la primera parte de don Quijote. Esta burla se usaba también en la antigua Roma. De Otón, dice Suetonio, que rondando de noche por las calles de aquella ciudad, si encontraba algún borracho lo manteaba, tendiéndole la capa; y Marcial hablando con su libro dice que se fie de alabanzas, porque a vuelta de ellas, se burlarían de él, manteándolo.


Gómez Rosas, Estela. Reina Estela Corella Féliz. Puerto de Veracruz, Veracruz, México. Tomado de la página virtual: http://www.fotosconhistoria.canalhistoria.com/?cmd=photo_view&photo_id=5508

Selección del texto e imágenes: Jorge Ulises Martínez Valencia



Mi abuela Estela Corella Félix (nacida en Hermosillo, Sonora, México), fue Reina del Carnaval del Puerto de Veracruz, Veracruz, México en 1927.
El computo final, fué en el Teatro Carrillo Puerto y el carro que tripuló la Reina Estela Corella Félix, era una concha marina, símbolo del pueblo del Puerto de Veracruz a orillas del mar.
La entrada para presenciar la presentación de las candidatas era gratuita y fue el lunes 12 de febrero de 1927, por el Lic. José Río Patrón.
Con derroche de entusiasmo, con encarnizamiento bullicioso de todos los grupos después de una reñidísima lucha en que galardamente los partidarios contendientes en el concurso del Carnaval, fué proclamada Reina de Carnaval del Puerto de Veracruz, Veracruz de 1927, la señorita Estela Corella Félix, quien paseó por la tarde en su automóvil y pudo vérsele manejando al volante conduciendo ella misma su máquina acompañada de varias amigas y simpatizadoras.
El miércoles 2 de marzo de 1927, el comité organizaba una cena baile en honor de la reina ganadora Estela Corella Félix y su corte, para de ésta manera agradecerles toda su colaboración en estos festejos, el baile será en Villa del Mar y el apartado costará $6.00 (seis pesos m.n.) con cuatro cubiertos, las reservaciones se harán con el señor Manuel Martínez Terán en la calle de Zamora No. 1.
El primer paseo de la nueva Reina Estela Corella Félix, lo inició saliendo de la Terminal Los Cocos, en un tren remolcado con una máquina No. 7 y compuesto de dos carros de primera para la soberana y su séquito. El tren fue tripulado especialmente por el maestro mecánico de la Cía. Terminal Alfredo Roffiel y su ayudante el señor José Sánchez y en representación de los elementos ferrocarrileros el señor Rafael López Moreno.
Desde el Estado de Sonora, México, recibe felicitaciones de familiares y amigos por haber sido electa reina del Carnaval del Puerto de Veracruz, Veracruz, México. Su familia tenia poco tiempo de radicar en el Puerto, debido a que su padre, había sido nombrado administrador de la Aduana en ese Puerto de Veracruz, donde más tarde conoce a su Gran Amor, Guillermo Rosas del valle, hijo del Teniente Coronel, Luís M. Rosas, último sobreviviente en 1930, de la Batalla de Puebla, Puebla, México del 5 de mayo de 1862.

8/6/09

Programa Seminario





UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
UNIDAD IZTAPALAPA

UEA: SEMINARIO DE HISTORIA I
TRIMESTRE: 09-P
DOCENTE: DRA. NATALIA SILVA PRADA
CUBÍCULO: F-113, EXT. 2630.


HISTORIA CULTURAL DESDE LA IMAGEN: EL CARNAVAL Y LA FOTOGRAFÍA COMO FUENTE HISTORICA



Objetivos:

Aproximar a los alumn@s a una de las más novedosas corrientes historiográficas actuales.
Proporcionar las herramientas necesarias para la construcción de una historia cultural de las expresiones festivas.
Informar a los alumn@s acerca de las metodologías actuales de la historia fotográfica.
Impulsar trabajos de investigación con fines a la elaboración de tesinas en el campo propuesto.


Temas y lecturas propuestas:

1) La historia sociocultural: origen y definición (martes, mayo 26)

Lectura:
a) Burke, Peter, "La nueva historia socio-cultural", Historia Social, n.17 (1993), pp. 105-114.

2) Fuentes de la historia cultural: escritas, orales e iconográficas (jueves 28 mayo)

Lectura:
a) Darnton, Robert, "Introducción" al libro La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa, México: FCE, 1987.


3) La fiesta, tema particular de la historia cultural (martes 2 junio)

Lectura:
a) Chartier, Roger, "Disciplina e invención: la fiesta" en Sociedad y escritura en la Edad Moderna, México: Instituto Mora, pp.19-36.

4) La cultura cómica popular (jueves 4 junio)

Lectura
a) Bajtin, Mijail, "Introducción" (Rabelais y la cultura cómica popular) del libro La cultura popular en la edad media y en el Renacimiento. pp.7-57


5) El carnaval en la Europa Moderna (jueves 11 de junio)

Lectura:

a) Caro Baroja, Julio, El carnaval, capítulo I: La Importacia del carnaval y capítulo II: Aproximación lingüística.

b) Burke, Peter, “El mundo del carnaval” en Peter Burke, La Cultura Popular en la Europa moderna. Madrid: Alianza editorial, 1991, pp.257-291.

6) Los carnavales en el mundo contemporáneo (martes 16 y jueves 18 junio)

Lecturas:

a) Constant-Martin, Denis, “Politics Behind the Mask: Studying Contemporary Carnivals in Political Perspectives: Theoretical and Methodological Suggestions”, 2001 (online).

b) Guimarey, María, “El carnaval como práctica social espectacular: perspectivas para una revisión de la historiografía tradicional del Carnaval” (online).


7) Los carnavales en México: Casos (martes 23 y martes 30 de junio)

Lecturas:

a) Azor, Ileana, “Los carnavales en México. Teatralidades de la fiesta popular”, América sin nombre: boletín de la Unidad de Investigación de la Universidad de Alicante (online).

b) Grant Wood, Andrew, “Introducing La Reina del Carnaval: Public Celebration and Postrevolutionary Discourse in Veracruz, Mexico”, The Americas, Vol. 60, No. 1 (Jul., 2003), pp. 87-107.

8) Los archivos fotográficos: problemáticas (jueves 25 de junio. Sala Seminario III-Audiovisuales. Ed.H, 3er.piso)

Reflexión sobre el video Revelando el rollo (Instituto Mora)

Esta obra aborda la problemática de los usos de la imagen en la investigación social, mediante una ficción documentada con investigación de campo y entrevistas con diversos responsables de acervos fotográficos y fílmicos de la ciudad de México, así como investigadores de la imagen (48 min.)

9) Los archivos fotográficos: las fototecas (jueves 2 de julio)

Formas de acceso virtual a informaciones primarias de las fototecas. El SINAFO, Sistema Nacional de Fototecas de México.

10) La fotografía como fuente de la historia cultural (martes 7 de julio)

a) Monroy N., Rebeca, "A corazón abierto: una aproximación metodológica a la investigación fotohistórica"
b) Mauad, Ana María, "Fotografía e historia, interfases"

en: Imágenes e investigación social. Fernando Aguayo y Lourdes Roca (coords.). México, D.F.: Instituto Mora, 2005.

11) Técnicas históricas de la fotografía (martes 9 de junio y jueves 9 de julio)

Visita virtual al blog elaborado para el proyecto y el curso: http://historycarnivalphoto.blogspot.com


12) Análisis sociocultural/documental de las fotografías (martes 14 y jueves 16 de julio)

a) Burke, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona: Crítica , 2001. Introducción y capitulo 8.

b) Del Valle Gastaminza, Félix, “El análisis documental de la fotografía” en Cuadernos de documentación multimedia, ISSN 1575-9733, Nº. 8, 1999.
Versión digital:

http://www.ucm.es/info/multidoc/prof/fvalle/artfot.htm (entrada desde el blog, marzo 30 de 2009).


13) La fotografía digital y el rescate de la fotografía antigua (martes 23 de junio: 3 a 4:30)

Acceso al sitio señalado en blog: http://historycarnivalphoto.blogspot.com


14) Restauración de la fotografía antigua con técnicas digitales (martes 30 junio, 3-5)

Las sesiones 13 y 14 serán impartidas por el Dr.Riccardo Forte.


ACTIVIDADES DEL CURSO (incluye dinámica del curso y evaluaciones):

1) Búsqueda y análisis de 5 imágenes antiguas de fiestas o carnavales (siglo XIX hasta 1960).
2) Selección de una historia relativa al carnaval obtenida en publicaciones o mediante entrevistas. (1920-1960)/Ubicación de documentales históricos.
3) Aprendizaje de herramientas virtuales.
4) Ubicación de bibliografía.
5) Exposición de textos.

30/3/09

Análisis documental de la fotografía

Del Valle Gastaminza, Félix, “El análisis documental de la fotografía” en Cuadernos de documentación multimedia, ISSN 1575-9733, Nº. 8, 1999.

En este texto se propone un método para el análisis documental de fotografías y, para ello, se revisan algunos aspectos de la imagen como modo de representación de la realidad, como documento de carácter informativo, social o histórico.

El análisis documental tiene como objetivo primordial la recuperación de los documentos a partir de distintos criterios, formales, morfológicos o temáticos, generalmente normalizados. Se analiza un documento, desde esa perspectiva, para que "aparezca" cuando sea útil. Así mismo el análisis documental permite controlar los documentos, manejarlos cómodamente por medio de sus representaciones, informar sobre ellos sin acudir a ellos e, incluso, en determinados casos, ordenarlos de forma sistemática.

La consideración documental de la fotografía debe tener en cuenta que ésta difícilmente puede desgajarse de un contexto específicamente documental (lugar de aparición, pié de foto, material textual o visual complementario, etc.) por lo que habrá que estudiar las relaciones entre el documento y el contexto. Esta relación y otros aspectos inherentes a la fotografía hacen de ésta un documento de carácter polisémico, sujeto a muchas interpretaciones, a veces, tantas como lectores, por lo que su lectura e interpretación correctas en un entorno documental plantean muchas dificultades.

Acceso digital:

http://www.ucm.es/info/multidoc/prof/fvalle/artfot.htm

6/2/09

El carnaval y los motines


Sobre esta temática véase información en:
Silva Prada, Natalia, La política de una rebelión. Los indígenas frente al tumulto de 1692. México: Centro de Estudios Históricos-El Colegio de México, 2007, pp.418-423.

[....] Las prohibiciones contrarreformistas relativas al carnaval no habían cesado para finales del siglo XVII. Unos pocos años antes del tumulto llegó de la península un decreto importante relativo a las celebraciones festivas y sobre todo al importante evento precuaresmal, el de las carnestolendas. En 1688 se supo que en Roma se habían prohibido totalmente las máscaras, comedias y demás diversiones de Carnestolendas y se publicó en la Catedral de México un edicto conforme a la bula del Papa Urbano VIII para la eliminación de 25 fiestas religiosas del año.[1]
Tanto en la fiesta popular como en el ambiente de rebelión, cuya conjunción fue evidente el 8 de junio de 1692, emergen de manera importante los rasgos y también rezagos de la cultura carnavalesca occidental. Siguiendo a Mijail Bajtin, la palabra "carnavalesco" tiene una acepción muy vasta. Es un fenómeno perfectamente determinado que ha sobrevivido hasta la actualidad y que representa el elemento más antiguo de la fiesta popular, el fragmento del inmenso y rico mundo de la cultura popular medieval y altomoderna.[2] Las formas carnavalescas están estrechamente vinculadas con el tiempo, es decir, con el derrocamiento de lo viejo y con la coronación de lo nuevo: todo día festivo destrona y corona a su rey y a su reina.
Para Peter Burke, "el charivari parece haber tenido una función de control social, ya que era el modo por el que una comunidad, villa o parroquia urbana expresaban su hostilidad contra los individuos que rompían las normas, abriendo así grietas en la costumbre tradicional".[3] El uso del ritual en los conflictos sociales es muy claro en el Palermo de 1647 y parece serlo también en el México de 1692, donde las formas de presión hacia el gobierno son simultáneamente tradicionales y extraoficiales. Lo más importante de lo señalado por Burke para nuestros fines, es que en las revueltas como en las fiestas están presentes los rituales que cuestionan de manera profunda el orden social, político y religioso y que de forma especial, "muchos motines se inspiraban en los rituales del charivari y el carnaval, ya que la deposición, la destrucción y la difamación" concordaban muy bien con el tipo de protestas que se querían realizar: poner el mundo al revés servía para denunciar pero expresaba también un fuerte contacto con el retorno a lo tradicional y al orden jerárquico.[4] Estos mismos aspectos son expuestos también de modo muy lúcido por Arlette Farge, para quien "la mayor parte de las veces no se trata de renovar la sociedad ni de reinventarla sobre bases nuevas, sino de defenderse para mantener en el mejor estado posible sus condiciones, de por sí difíciles, y para evitar que se degraden todavía más. La iniciación del motín puede leerse como un acto ordinario, pero los gestos contienen una multitud de sueños y deseos, aun cuando las reivindicaciones que expresen no sean innovadoras".[5]
Los gestos, gritos y difamaciones del motín de 1692 recurren indudablemente a formas de la tradición carnavalesca europea pero llevan también implícitos algunos rasgos de los sueños milenaristas del mundo indígena americano, heredero en parte de otra tradición de corte esencialmente religioso y escatológico. Los rasgos que podemos asociar a la vieja tradición europea saltan a los ojos y los oídos de manera incisiva a través del insulto de "cornudo". Primero contextualizaremos el origen de la práctica del uso de este término insultante y ridiculizador y posteriormente nos detendremos en los aspectos peculiares relativos a los sueños de tipo milenarista.
En el Renacimiento aun subsistían las últimas formas de la antigua "fiesta de los locos" en donde la Societas cornardorum elegía un "abad de los cornudos" y organizaba procesiones carnavalescas.[6] Esta fiesta al igual que la del Corpus Christi, giraba en torno a un imaginario muy vivo sobre el cuerpo y sus funciones. El motín de indios de 1692 ocurrió durante las celebraciones de la fiesta del Corpus Christi, como ocurrió también con la gran revuelta de Cataluña.[7] La historia de esta fiesta, sobre todo en España afirma Bajtin, indica que las imágenes grotescas del cuerpo eran más bien comunes en esta circunstancia y estaban consagradas por la tradición. La imagen del cuerpo, en su aspecto grotesco, predominaba en la expresión popular de esta fiesta y creaba un ambiente corporal específico.[8] Las encarnaciones tradicionales del cuerpo grotesco figuraban obligatoriamente en la procesión solemne: monstruos (mezcla de rasgos cósmicos animales y humanos) que llevaban sobre sus lomos a la pecadora de Babilonia (esta asociación es equivalente de las entrañas devoradoras-devoradas), gigantes de la tradición popular, moros y negros (de cuerpos caricaturizados), multitudes de jóvenes que ejecutaban danzas evidentemente sensuales (una zarabanda bastante "indecente" en España). Después del paso de las efigies llegaba el sacerdote con la hostia y al final del cortejo venían coches decorados con cómicos disfrazados, lo que en España se llamaba la "fiesta de los carros". Esta procesión tradicional tenía una predilección muy marcada por la representación corporal.[9] Los espectáculos dramáticos especiales para celebrarlo eran los conocidos "autos sacramentales". Concluye Bajtin que la expresión pública y popular de esta fiesta era un drama satírico que camuflaba el rito religioso del cuerpo de Dios (la hostia).
Otro aspecto que es preciso comentar respecto a la utilización de la imprecación "cornudo" se refiere a una tendencia de opinión denominada "tradición gala", extendida a lo largo de toda la Edad Media relacionada con una serie de "ideas negativas sobre la naturaleza de la mujer".[10] La "tradición gala" es un fenómeno complejo e interiormente contradictorio. Por un lado la mujer está ligada a lo bajo material y corporal, pero también es el principio de la vida. Por un lado es la tumba corporal del hombre, por el otro es "una inagotable vasija de fecundación que consagra a la muerte todo lo viejo y acabado. A este nivel, la tradición gala desarrolla también el tema de los cornudos, sinónimo del derrocamiento de los maridos viejos, del nuevo acto de concepción con un hombre joven; dentro de este sistema, el marido cornudo es reducido al rol de rey destronado, de año viejo, de invierno en fuga: se le quitan sus adornos, se le golpea y se le ridiculiza".[11] Esta tradición nos hace recordar por asociación que uno de los primeros símbolos presentes durante el tumulto de 1692 es el del cuerpo de la mujer india que es paseado por la plaza y expuesto ante las autoridades. De modo general, la ridiculización, el destronamiento, el relevo y la renovación representados por los cuernos son parte de las formas más características de las fiestas populares.[12]
El adjetivo de cornudo aplicado a los españoles en general y al virrey en particular, cobra entonces, una significación de gran trascendencia política. El significado político del término a partir del contexto en el que lo utilizan los tumultuarios y pueden entenderlo los injuriados, queda muy bien sintetizado en una frase de gran valor que según Nicolás Mejía, un oficial de carpintero español recibió como insulto directamente por parte del indio Joseph de los Santos, oficial de zapatero de unos 45 años, quien junto con los que lo apoyaban lo atacó con piedras gritándole "eres otro cornudo de espada".[13] Al mismo tiempo que se expresa con fuerza un gesto burlesco y se vanaliza a los españoles -sobre a todos a los que representaban a la autoridad pública- mediante la ridiculización, se los señala como derrocados, se enfatiza la necesidad de su reemplazo. Como parte de la simbología carnavalesca se busca cambiar el mundo y a la vez este deseo se hace más explícito en la conjunción que sufren las deprecaciones de cornudos contra los españoles con las propuestas veladas de los indios de elegir nuevos reyes. Si bien el término cornudo y el plan de intenciones expresado al religioso anónimo tienen sesgos occidentales muy claros, emergen sueños más regionales como el regreso al tiempo de Moctezuma. Obviamente, el desarrollo de ideas milenaristas era también en parte un producto originalmente europeo: la identificación del español como alguien extraño y exótico es una actitud común a la cultura de la revuelta que más que un cambio total de mundo propone la recomposición del mismo, pero no obstante, el deseo del retorno al tiempo prehispánico está siempre latente. Ese deseo podría haber sido explicitado en el grito de ¡vivan los santiagueños! o ¡viva Santiago!.[14] Jacques Le Goff señaló acertadamente que dentro del catolicismo la corriente milenarista conoció extraordinarios desarrollos con los grandes descubrimientos y en especial con el Nuevo Mundo americano: el encuentro de los europeos con los indios desarrolló una gran función en estos movimientos, donde fue esencial el fenómeno de la aculturación. En el caso de México resultó paradigmática la actividad del misionero franciscano Jerónimo de Mendieta quien embebido de las viejas teorías de Joaquín de Fiore pensaba que los frailes y los indios podrían crear en América el reino de los puros fundado sobre un ascetismo riguroso y sobre el fervor místico.[15] Habría que estudiar de manera detallada la forma en que esas ideas se difundieron entre los indios y la recepción y modificación que de las mismas hicieron. Por otra parte, es ya muy conocido que entre los nativos americanos la concepción cíclica del tiempo y la idea del regreso de héroes culturales, en periodos calendáricos precisos, pudo ser fundamental en la recepción positiva y relativamente rápida de ciertas ideas católicas milenaristas. El trauma de la conquista y la muerte de los dioses estudiados por Nathan Wachtel explicitan de forma muy sensible que la armonía perdida en la conquista solo podía ser devuelta por algún acontecimiento inaudito, como el regreso del Inca o de Moctezuma. Múltiples movimientos mesiánicos tuvieron lugar después de la conquista y durante todo el periodo colonial, y como señalara Wachtel, son parte de la tragedia siempre latente de la condición del conquistado.[16]
[1]ROBLES, 1972, pp.162-163.
[2] BAJTIN, 1993, p.196.
[3] BURKE, 1991, p.285.
[4]BURKE, 1991, p.290.
[5]FARGE, 1994, p. 292.
[6]BAJTIN, 1993, p.198.
[7]BURKE, 1991, p.291.
[8]BAJTIN, 1993, p.206.
[9]BAJTIN, 1993, p.206.
[10]BAJTIN, 1993, p.214.
[11]BAJTIN, 1993, p.216.
[12]BAJTIN, 1993, p.219. Robert Darnton también puso en evidencia la existencia de esta práctica en el ritual de la "gran matanza de gatos". La matanza de gatos sirvió para hacer un juicio simbólico mediante una cencerrada, al dueño de un taller de imprenta, insultando sexualmente a la patrona y burlándose del patrón por cornudo o lo que es similar, por tonto, figura cómica común. DARNTON, 1987,pp.104.
[13]AGI, Patronato 226, N.1, R.4, ii.28-29.
[14]SIGÜENZA Y GÓNGORA, 1984, p.126.
[15]LE GOFF, 1991, p.77. Ver también DELUMEAU, 2002, pp.7-20 sobre su nuevo libro Historia del milenarismo en occidente.
[16]WACHTEL, 1977, pp. 3-78.

23/1/09

Bibliografía clásica sobre la historia del carnaval


Bajtin, Mijail, La cultura popular en la edad media y el renacimiento. Madrid: Alianza Universidad, 1993.

Burke, Peter, La Cultura Popular en la Europa moderna. Madrid: Alianza editorial, 1991.

Caro Baroja, Julio, El Carnaval: Análisis Histórico-Cultural. Madrid: Taurus, 1965.

Darnton, Robert, La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa. México: Fondo de Cultura Económica, 1987 [1984 ed.ing.].

Heers, Jacques, Carnavales y fiestas de locos. Barcelona: Península, 1988 (1983).

Le Roy Ladurie, Emmanuel, El carnaval de Romans. De la Candelaria al miércoles de ceniza.1579-1580. México: Instituto Mora, 1994.

Muir, Edward. Ritual in Early Modern Europe, 1997 [Ed.en español: Fiesta y rito en la Europa Moderna, 2001. Parte II, El carnaval y la mitad inferior del cuerpo]

Thompson, E.P. "Rough Music" en Customs in Common.Studies in Traditional Popular Culture.

Zemon Davis, Natalie, “The Reasons of Misrule: Youth Groups and Charivaris in Sixteenth-Century France”, Past and Present, n. 50. (Feb., 1971), pp. 41-75.

22/1/09

Propuesta para una historia fotográfica del carnaval

CARNESTOLENDAS:
IMÁGENES HISTÓRICAS DEL CARNAVAL EN EUROPA Y AMÉRICA (1880-1960).

Natalia Silva y Riccardo Forte

Este proyecto es una apuesta por la recuperación de la memoria visual a través de un fenómeno que congrega hoy a multitudes alrededor del mundo: el carnaval, fiesta realizada por lo general en el periodo anterior a la cuaresma cristiana y cuyos orígenes remontan a un tiempo de permisión: del consumo de carne, del ejercicio de la sexualidad, de los rituales de fecundidad.

Aspiramos a recoger materiales fotográficos procedentes de colecciones privadas y públicas que puedan ilustrar un libro de cerca de 250 páginas. Estas imágenes deben haber sido tomadas en el arco de casi un siglo, desde los orígenes de la fotografía en el siglo XIX hasta comienzos de los años 60 del siglo XX.

Este experimento aportará materiales para el estudio de la fiesta como fenómeno social, la diversión y la fantasía, las peculiaridades del lenguaje simbólico y las expresiones del imaginario social.

El carnaval es un fenómeno que se manifiesta sobre todo en territorios de tradición católica pero no de manera exclusiva ya que existen importantes manifestaciones de fiestas similares en regiones de tradición protestante. Es igualmente relevante, considerar las variantes de la fiesta de carnaval a partir de los elementos culturales peculiares que las conforman: las de raíces nórdicas, mediterráneas, africanas y nativas americanas.

El libro contendrá imágenes de las más importantes expresiones del carnaval en diversos sitios del mundo: Brasil (Rio de Janeiro, Recife), Italia (Venecia, Viareggio, Ivrea), Estados Unidos (New Orleans, Alaska), Canadá (Quebec), Colombia (Barranquilla, Pasto), México (Veracruz, Mazatlán), Trinidad y Tobago, Cuba (La Habana), Bolivia (Oruro), Argentina (Humahuaca, Buenos Aires, Gualeguaychú), España (Antroxu, Palmas de la Gran Canaria, Cádiz, San Sebastián), Alemania (Colonia), Panamá (Cd.Panamá), Perú (Cajamarca), Uruguay (Montevideo), Croacia, Grecia (Patras) y Rusia (Maslenitsa).

20/1/09

Historia de la fotografía-Técnicas

1) En el sitio del Archivo Histórico Fotográfico de las Islas Canarias encontrarán una explicación de las diversas técnicas empleadas por la fotografía, desde su origen hasta hoy:

http://fotosantiguascanarias.org/tecnicas.php

2) Fotosigno: Espacio dedicado a diferentes dimensiones de la fotografía, entre ellas, la historia de la fotografía y la fotografía digital. Administrado por Victoria Restrepo, artista y fotógrafa colombiana de la New England School de Boston:

http://www.fotosigno.com

3) Foto 3: Sitio en donde de forma didáctica y amena se ofrece una panorámica de la historia de las técnicas fotográficas y biografías de fotógrafos pioneros:

http://www.foto3.es/web/historia/historia/htm

18/1/09

Fotografía como fuente histórica

Artículos especializados en línea sobre la fotografía como fuente histórica:

1) Colonization Pictures as Primary Documents:Virginians' Contributions
© Dalila Scruggs, Doctoral Candidate, Harvard University

http://www.vcdh.virginia.edu/liberia/pages/scruggs.html

2) La fotografía como documento histó
rico artístico y etnográfico: una epistemología.
Emilio Luis Lara López, Doctor en antropología

http://www.ujaen.es/huesped/rae/articulos2005/lara2005.pdf

3) La imagen como fuente: una construcción de la investigación social
Lourdes Roca, Doctora en Antropología. Profesora-investigadora del Laboratorio Audiovisual de Investigación Social , proyecto Instituto Mora/CONACYT, México, D.F.

http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n37/lroca.html
LECTURAS ACONSEJADAS

PETER BURKE, VISTO Y NO VISTO.
El uso de la Imagen como Documento Histórico
Editorial Crítica, Barcelona, 2003

13/1/09

Memoria Visual

1 - ESPAÑOL (2 - Italiano, 3 - English) Los administradores de este blog estamos trabajando en un proyecto para la realización de un libro fotográfico sobre la historia del carnaval en el mundo. Cualquiera (archivos, organizaciones, asociaciones o privados) si poseen imágenes fotográficas en blanco y negro y/o a color sobre este tema y tomadas en cualquier año del siglo XIX y hasta 1960, está invitado a colaborar con esta iniciativa editorial en el siguiente modo:1)Enviando imágenes históricas relativas a la celebración del carnaval en cualquier parte del mundo, en formato electrónico (Formato JPG, mínimo 2200 pixeles de largo o ancho). Las imágenes pueden ser enviadas al grupo Carnivalinhistory en Facebook o directamente al correo electrónico: carnivalinhistory@yahoo.com) Enviando al grupo en Facebook 'Carnival in History-Carnaval en la historia-Carnevalle in la storia' o al e-mail mencionado, informaciones relativas a fotografías o colecciones de archivo, incluyendo el nombre del contacto, email y eventualmente un link que permita una primera revisión del material.Una vez seleccionado el material, será enviado por correo electrónico a los colaboradores, una carta de autorización para la publicación del material, la cual deberá ser reenviada y firmada al email: carnivalinhistory@yahoo.com. Si la publicación llega a ser realizada, el nombre de los colaboradores y de las respectivas instituciones aparecerán en los créditos del libro.Damos agradecimientos anticipados a quienes deseen y puedan colaborar con este importante proyecto de rescate de la memoria histórica visual.
2 - ITALIANO. Il gruppo lavora a un progetto per la realizzazione di un libro fotografico sulla storia del carnevale nel mondo.Chiunque (archivi, organizzazioni, associazioni o privati) sia in possesso di immagini in bianco e nero e/o a colori su questo tema, realizzate fra l’800 e il 1960, è invitato a collaborare a questa iniziativa editoriale nei modi seguenti:1) Inviando immagini storiche relative a la celebrazione del carnevale in qualunque parte del mondo, in bianco e nero o a colori, in formato elettronico (formato JPG, min. 2200 pixels di larghezza o altezza); le immagini possono essere inviate al gruppo “Carnival in History” in Facebook o direttamente alla casella elettronica carnivalinhistory@yahoo.com2) Inviando al gruppo “Carnival in History” in Facebook o direttamente alla casella elettronica carnivalinhistory@yahoo.com informazioni relative a fotografie o collezioni di archivio, includendo il nome del contatto, l’email relativa e, eventualmente, un link che permetta una prima revisione del materialeUna volta selezionato il materiale, verrà inviata per posta elettronica ai collaboratori una lettera di autorizzazione alla pubblicazione, che dovrà essere riinviata firmata alla casella elettronica carnivalinhistory@yahoo.comSe la pubblicazione sarà realizzata, il nome dei collaboratori e delle relative istituzione appariranno nella parte finale del libro.Grazie anticipatamente a chiunque voglia collaborare.
3 - ENGLISH. This group works on a photo book project about the history of carnival in the world. Anyone (Archives, Organizations, Associations, Persons) owning black and white and/or color images about this topic, made between the 19th century and 1960, is invited to cooperate to this editorial proposal in the following ways:1) Sending historical images about carnival from anywhere in the world, black and white or color, in digital format (JPG format, at least 2200 pixels wide or tall); you may upload your images to the group “Carnival in History” in Facebook or email them to carnivalinhistory@yahoo.com2) Emailing to the group “Carnival in History” in Facebook or directly to carnivalinhistory@yahoo.com
any information about photos or archive collections; please, include the contact name, an active email address and, if possible, a link to allow the group administrators to preview the images.After selecting the photos to be published, we’ll email a release form which any contributor will send back to us signed (by email too), to allow the publication.If the book will be finally published, the names of the contributors and their institutions will be printed in it. Thank you to all people who will cooperate.